Se frien los ajos en pedacitos con manteca ó aceite; cuando están bien fritos, pero no quemados, se echa sal, pimiento y después la cantidad de agua necesaria, dejándola hervir medio cuarto de hora; si se quiere hacer con huevos, se echan éstos encima de las rebanadas de pan, y vertiendo el caldo hirviendo sobre ellos, quedarán muy buenos.
viernes, 1 de febrero de 2008
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